Las startups son empresas orientadas a crecimiento rápido, que obtienen la velocidad con dinero aportado por formas de financiación no aplicables a empresas tradicionales (business angels, sociedades de capital semilla, etc.). Las startups suponen un modelo de mucho riesgo, con alta turbulencia y volatilidad. Se crean muchas empresas pero también mueren incontables. Las crean personas con talento dispuestas a asumir riesgos. Y gran parte de este talento proviene de las universidades.
Imran Ghory considera que no hay una “definición correcta” para decir qué es una startup. Cada actor del sistema la define a su manera. Steve Blank dice que las startups son organizaciones temporales que están pensadas para evolucionar hacia grandes empresas. Steve Blank y Bob Dorf creen que una start-up es una organización que busca un modelo de negocio escalable y repetible. Paul Graham piensa que una startup es una empresa diseñada para crecer rápido y remarca que la edad no tiene nada que ver con una startup. Tampoco es necesario que se sustente en tecnología o que incorpore capital riesgo o que tenga algún tipo de “exit” (salida). El elemento esencial es el crecimiento. Aswath Damodaran dice que el valor de una startup recae totalmente en su potencial futuro. Adora Cheung cree que una startup es un “state of mind”. Neil Blumenthal comenta que una startup es una empresa que trabaja para solucionar un problema que no tiene una solución obvia y donde el éxito no está asegurado. Dave McClure dice que es una empresa que no sabe cuál es su producto, quiénes son sus clientes y cómo hacer dinero. Cree que cuando sabe las tres cosas, una empresa deja de ser startup y pasa a ser un negocio tradicional. Eric Ries define una startup como una institución humana diseñada para proveer un producto o servicio en condiciones de extrema incertidumbre. Según Fardeen Rahaman, la parte más importante de la definición de Eric Ries es lo que omite. No tiene nada que ver con el tamaño de la empresa, el sector de la economía, o el sector en el que opera. El objetivo de una startup es descubrir: 1) la cosa correcta que hay que construir (lo más rápidamente posible) y 2) los clientes que la quieren y que están dispuestos a pagar por ella. La gente a menudo tiende a perder de vista el hecho de que una startup no sólo va de producto, de tecnología o de ideas brillantes. Una startup es algo mayor a la suma de las partes y el proceso de aprendizaje supone progresar. Tras este repaso de definiciones, expongo las que considero son las diferencias fundamentales entre una startup y una empresa tradicional:
- El crecimiento de una startup es mucho más rápido que la expansión de una empresa tradicional. Una empresa tradicional puede necesitar décadas y generaciones para lograr un liderazgo global.
- Dinero: Para ganar velocidad, las startups concentran hitos en pocos años. Esto sólo se puede hacer con dinero, que es suministrado por los inversores, los cuales toman acciones y participaciones. En general (dependiendo de las culturas), las empresas tradicionales no ceden parte del accionariado a cambio de financiación para nuevos desarrollos. Los proyectos en empresas tradicionales son financiados por “otros tipos de dinero”.
- Las expectativas. Los inversores (a cambio de su dinero) quieren ver un futuro prometedor. Tienen expectativas y quieren creer en un gran acuerdo final.
- Exits: Por tanto, las salidas son el foco de los inversores, por medio de dos caminos principales: Adquisición de la startup por parte de una gran corporación o cotización en bolsa. Son las dos maneras que los inversores tienen que deshacerse de sus participaciones y realizar la plusvalía esperada.
- Disrupción: Para sostener las expectativas de crecimiento futuro y el interés de las empresas tradicionales, las startups deberían tener elementos de disrupción: en el producto o el servicio o un nuevo modelo de negocio.
- Impacto potencial global. Los inversores quieren también un gran impacto potencial. Así que el mercado debe ser lo mayor posible: el mundo es deseable
- Riesgo: mucho más alto en una startup. Por definición, las empresas tradicionales y consolidadas deben ser conservadoras. Pueden asumir altos riesgos en algún proyecto. Pero no pueden poner en riesgo a toda la compañía.
- Las startups tienen unos requisitos de recursos humanos muy diferentes a los de las empresas tradicionales. En general, las startups están promovidas por gente muy formada, con una determinada personalidad. A menudo la totalidad de los fundadores y empleados tienen este perfil.
- El proceso: Hay incubadoras, aceleradores, venture builders … que proporcionan a las startups un soporte y una ruta de crecimiento específico y casi universal.
- Gestión: Las startups han adoptado prácticas innovadoras de gestión (Lean Startup, Agile, Design Thinking …). Algunas de estas prácticas se están hoy exportando hacia empresas tradicionales.
- Cultura: En las startups no hay horarios de trabajo, las oficinas tienen una disposición muy característica, el personal clave de la empresa recibe participaciones sociales, los emprendedores organizan y asisten a un tipo de eventos de formato muy diferente al de las empresas tradicionales …