En el año 1924, el científico Harry Steenbock, de la Universidad de Wisconsin, descubrió que la irradiación de alimentos con rayos ultravioleta reforzaba su concentración de vitamina D. Este hecho representó una importante contribución en la lucha contra el raquitismo. De todas formas, el interés que ese descubrimiento tiene para el propósito de este libro no se encuentra en el alcance humanitario del mismo sino en el hecho de que ayudó a establecer las bases del actual sistema de gestión de las patentes universitarias.[1] En efecto, Steenbock quiso que fuesen la Universidad de Wisconsin (UW) y su comunidad los que se beneficiaran de las patentes que obtuvo a partir de su hallazgo. La institución, sin embargo, declinó hacerse cargo de los derechos aduciendo razones tanto morales como económicas. Los órganos de gobierno de la universidad creyeron que la protección demandaría una fuerte inversión que sería de difícil reintegro. Se adujo también que no era éticamente correcto obtener un beneficio comercial de una investigación que había sido financiada con fondos públicos y se encontraron también posibles impedimentos legales al considerar que una universidad no podía solicitar una patente. Fueron finalmente los propios estudiantes de la institución los que, temerosos de perder los posibles beneficios de las patentes de Steenbock, decidieron establecer una Fundación (la Wisconsin Alumni Research Foundation -WARF) con la intención de gestionar las invenciones universitarias. En el año 1927, la WARF obtuvo la licencia de los resultados de Steenbock, consiguiendo a partir de entonces unos elevados ingresos por royaltis. Esa fundación, hoy todavía encargada de patentar y licenciar las invenciones de la UW, fue la primera entidad creada con la finalidad de proteger y licenciar los resultados de la investigación universitaria y contribuyó a establecer un modelo para futuras entidades gestoras de la transferencia de tecnología. El tratamiento que la UW dio a ese caso ejemplifica la consideración que las universidades americanas de principios de siglo hacían de las patentes[2]
Sin embargo, esa consideración de las universidades americanas hacia las patentes ha variado sustancialmente desde entonces, principalmente a partir del año 1980, momento en el cuál el gobierno americano introdujo cambios en la legislación sobre patentes de los centros públicos de investigación. Hasta 1980, los investigadores podían patentar y asignar las patentes a la universidad pero los derechos de las invenciones originadas en los proyectos financiados públicamente eran propiedad del gobierno, que tenía la potestad de reclamar los royalties generados.[3]
Esas modificaciones de la Patent and Trademark Laws de 1980 fueron introducidas mediante la University and Small Business Patente Procedures Act (conocida usualmente como Bayh-Dole Act) y la Stevenson-Wydler Technology Innovation Act. Ambas leyes pueden ser consideradas como la base sobre la cual se fundamenta la organización actual de la transferencia de tecnología universitaria en los Estados Unidos. De hecho, a la Bayh-Dole Act se la ha llamado la “carta magna” de la transferencia de tecnología universitaria americana.[4] Las modificaciones introducidas permitieron que las pequeñas empresas, las entidades sin ánimo de lucro –incluyendo a las universidades– y ciertos contratantes que trabajaban con laboratorios del gobierno pudieran retener los derechos de explotación de las invenciones generadas por los proyectos de investigación financiados con fondos gubernamentales. Posteriormente, la orden ejecutiva 12.591, de 10 de abril de 1987, extendió estos privilegios a las grandes empresas.[5]
Para obtener los derechos sobre la invención, las universidades deben informar a la agencia gubernamental que ha financiado la investigación, notificar la intención de retener los derechos de explotación, solicitar la patente sobre los resultados y reconocer, mediante un documento escrito, el derecho del gobierno a utilizar la invención a través de una licencia libre de royalties.[6]
A partir de esos cambios, las patentes universitarias crecieron de una manera espectacular. En 1965, la cartera de invenciones universitarias estaba formada por 96 invenciones, en manos de 28 universidades. En 1992, casi 1.500 patentes fueron ya asignadas a 150 universidades. Es una cifra quince veces mayor, mientras que el total de patentes americanas (de empresas, particulares, etc.) sólo se multiplicó por 1,5 en el mismo periodo.[7] Por tanto, la organización actual de la transferencia de tecnología en las universidades de los Estados Unidos y sus espectaculares cifras de actividad deben mucho a este cambio legislativo.
La encuesta de la Association of University Technology Managers[8] aporta cifras concretas de patentes universitarias (véase la tabla 1). De acuerdo con los valores de la tabla 1, y considerando los valores medios de 1997, las principales universidades investigadoras americanas obtienen unos ingresos por institución de unos 6,5 millones de dólares anuales en concepto de royalties pagados por las licencias de sus invenciones. Son, por otra parte, 22 las nuevas patentes que se registran por año e institución.
Tabla 1. Transferencia de tecnología mediante licencia de patentes en universidades americanas
N | 1991 | 1992 | 1993 | 1994 | 1995 | 1996 | 1997 | |
Nuevas invenciones | 65 | 4.272 | 4.799 | 4.994 | 4.977 | 5.449 | 5.979 | 6.517 |
Nuevas solicitudes patentes | 63 | 1.091 | 1.215 | 1.375 | 1.521 | 1.647 | 1.893 | 2.696 |
Nuevas patentes registradas | 82 | – | – | 1.162 | 1.360 | 1.306 | 1.464 | 1.824 |
Licencias y opciones ejecutadas | 64 | 938 | 1.187 | 1.209 | 1.437 | 1.501 | 1.610 | 1.923 |
Licencias y opciones activas | 63 | 1.918 | 2.309 | 2.713 | 2.861 | 3.343 | 3.829 | 4.208 |
Royalties | 65 | 124 | 157 | 212 | 233 | 268 | 324 | 422. |
Las cantidades económicas (royalties) son en millones de dólares y N indica el número de universidades a qué hacen referencia los datos de cada registro. Fuente: AUTM, 1997.
Ahora bien, las cantidades ingresadas por las universidades americanas en concepto de royalties por licencia de patentes no son significativas respeto al resto de cantidades ingresadas para la financiación de la investigación.[9] En 1996, los valores usuales de royalties ingresados por las universidades en relación con su presupuesto total de investigación eran del 5%. Comparando los royalties con la financiación recibida por parte de la industria para el mismo año 1996, sólo en siete universidades los ingresos por royalties igualaban o superaban la financiación empresarial. En la mayoría de las universidades, los royalties eran una cuarta parte de los ingresos recibidos en concepto de colaboraciones con la empresa.[10]
Cuando se analizan datos de las universidades americanas más activas en el terreno de la transferencia de tecnología a través de licencia de patentes, se observa que sólo 18 universidades americanas superan los 5 millones de dólares anuales de ingresos por royalties. Se ve también que las universidades en las cuales la proporción de royalties representa más del 10% de la financiación pública de la I+D son únicamente las ocho siguientes:[11] Universidad Estatal de Florida, Universidad de Columbia, Universidad Estatal de Michigan, Universidad de Clemson, Universidad de Florida, Universidad de Stanford, Universidad Tulane y Universidad Carnegie Mellon. Tal y como se verá más adelante, buena parte de estas universidades deben su buen comportamiento en el terreno de la licencia de patentes al éxito de unas pocas invenciones. Por otra parte, en el mismo año 1997, el total de royalties ingresados por las universidades que reportan a la AUTM significó únicamente el 3,7% de la financiación pública conseguida por esas mismas instituciones.
En definitiva, en las universidades americanas, los ingresos derivados de la licencia de patentes son importantes en valores absolutos, pero poco significativos en relación al resto de fuentes de financiación de investigación.
La Universidad Estatal de Michigan (MSU): la investigación, la transferencia y la innovación
Buena parte de este apartado se basan en una estancia de trabajo en la Office of Intellectual Property (OIP) de la Universidad Estatal de Michigan (MSU). Esta oficina universitaria de licencia de patentes es una de las más activas de los Estados Unidos. Concretamente, la Association of University Technology Managers la sitúa en el quinto puesto del ranking de universidades americanas considerando los ingresos derivados de la licencia de patentes, por detrás de las universidades de Stanford, Columbia, Florida y del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).[12]
Introducción
La Universidad Estatal de Michigan fue fundada en el año 1855 como una de las dos primeras land-grant university de los Estados Unidos. Este tipo de instituciones fueron creadas con el objetivo de apoyar y dar servicio a los Estados -en aquellos momentos de economía primordialmente agrícola- a los cuales pertenecían.[13] Esas universidades tenían una orientación totalmente práctica. Por tanto, durante toda su historia han sido muy efectivas en el terreno de la transferencia de tecnología.[14] Las dos primeras fueron la MSU y la Universidad Estatal de Pennsylvania. Posteriormente, en 1862, otras 69 fueron creadas por el gobierno federal.[15] En el momento de realizar la estancia de trabajo mencionada, la MSU tenía un total de 43.200 estudiantes y 12.800 personas que se dedicaban a la docencia, la investigación y a las actividades de administración y servicios.[16] De ellas, 4.200 estaban relacionadas con la investigación y 3.300 eran estudiantes ya graduados que trabajaban en la institución. Aun cuando, como land-grant university, la MSU dio inicialmente prioridad a la docencia y a la investigación en áreas relacionadas con la agricultura y la técnica, actualmente tiene una amplia variedad de colleges: Agriculture and Natural Resources, Arts and Letters, The Eli Broad College of Business, Communication Arts and Sciences, DCL College of Law, Education, Engineering, Human Ecology, Human Medicine, James Madison, Natural Science, Nursing, Osteophatic Medicine, Social Science i Veterinary Medicine. Estos colleges imparten en total más de 200 programas de docencia en muchas áreas diferentes.
Con respecto a la actividad de investigación, el presupuesto de la institución destinado a esta actividad en 1999 fue de 232 millones de dólares.[17] La estructura investigadora de la MSU queda definida por sus más de noventa departamentos. Dispone, además, de un número importante de centros e institutos de investigación, programas, infraestructuras de servicios, etc. Es necesario también remarcar la existencia en el campus de la Universidad de cuatro organismos nacionales que operan en colaboración directa con la MSU. En primer lugar, el National Superconducting Cyclotron Laboratory, fundado por la National Science Foundation (NSF) y la MSU con el objetivo de realizar investigación avanzada en el campo de la ciencia nuclear. Contiene dos ciclotrones (uno de los cuales es el más grande del mundo de su tipo) que son utilizados por científicos de todo el planeta. El resto son el MSU – Department of Energy (DOE) Plant Research Laboratory, el Center for Microbial Ecology y el National Center for Food Safety and Toxicology.
También, como institución creada en el marco de las land-grant, la MSU ha impulsado su servicio Extension, organismo que, con sedes en diferentes localizaciones del Estado de Michigan, intenta trasladar el conocimiento más práctico al entorno.
La investigación
a) La financiación de la investigación
La tabla 2 aporta los datos económicos de la investigación financiada públicamente y la financiada por la industria en la Universidad Estatal de Michigan. En 1997, aproximadamente un 66% de la financiación externa de la investigación provenía de los diferentes programas de la administración federal americana. Únicamente un 6,7% tenía su origen en las colaboraciones con la industria. Aun cuando esta cantidad no incluye los royalties recibidos de las licencias de patentes, es un valor bajo, en línea, sin embargo, de lo que se ha expresado anteriormente: las universidades americanas con presupuestos elevados de investigación tienen porcentajes bajos de colaboración con la industria.
Estos porcentajes han evolucionado tal y como se indica en la tabla 3. Se puede observar que la financiación gubernamental ha tenido un crecimiento continuado durante la década de los noventa. Esta tendencia es curiosamente contraria a la general existente en los Estados Unidos en el mismo periodo. De todos modos, a principios de los noventa, el porcentaje de financiación pública de la investigación de la MSU estaba por debajo de la media de las universidades americanas. Con respecto a la investigación financiada por la industria, se ha mantenido estable entre el 5% y el 7%.
Tabla 2. Datos económicos de la investigación y la colaboración con la industria en la MSU
Concepto | 1991 | 1992 | 1993 | 1994 | 1995 | 1996 | 1997 |
Financiación externa de la investigación | 146.825 | 143.111 | 135.500 | 139.854 | 142.559 | 139.882 | 150.143 |
Fondos gubernamentales | 74.305 | 75.137 | 84.850 | 88.738 | 90.084 | 89.711 | 99.516 |
Fondos industriales | 7.170 | 7.703 | 9.800 | 9.496 | 10.861 | 10.474 | 10.154 |
Datos en miles de dólares. Fuente: AUTM (1997).
Tabla 3. Evolución de los porcentajes de financiación pública e industrial respeto a la financiación externa total de la investigación en la MSU
% respeto el total de investigación externa | 1991 | 1992 | 1993 | 1994 | 1995 | 1996 | 1997 |
Fondos gubernamentales | 50,6 | 52,5 | 62,6 | 63,5 | 63,2 | 64,1 | 66,3 |
Fondos industriales | 4,9 | 5,4 | 7,2 | 6,8 | 7,6 | 7,5 | 6,7 |
Font: AUTM (1997)
La MSU no tiene definidas explícitamente líneas prioritarias de investigación. Ahora bien, al tratarse de una institución pública financiada por el Estado de Michigan y al ser universidad land-grant, tiene la obligación de contribuir al desarrollo económico de su entorno. Por tanto, tiene presentes las áreas definidas como estratégicas por el gobierno del Estado. Un estudio del Michigan Strategic Fund había identificado cuatro áreas tecnológicas estratégicamente importantes para el Estado de Michigan.[18] Se trataba de la fabricación automatizada, los materiales avanzados, la biotecnología y la electrónica y las tecnologías de la información. Según la Office of the Vice President for Research and Graduate Studies de la institución, un análisis del National Research Council indicaba cuáles eran las áreas generales en las que la MSU destacaba: biología celular, química, física, economía y psicología. En el momento de llevar a cabo la estancia de trabajo, la Office of Intellectual Property acababa de aprobar su III Business Plan, el cual identificaba áreas con gran potencial de comercialización de tecnología. Estas áreas fueron establecidas por un grupo de trabajo de la MSU, creado en 1997 (Working Group to Identify Research Thrust Areas), que trabajó en esta definición conjuntamente con el Council of Deans. Las áreas detectadas como prioritarias fueron las enfermedades crónicas y la salud de la comunidad, el medio ambiente, la familia, las escuelas y las comunidades, la información y el aprendizaje, los nuevos materiales y sus aplicaciones y la alimentación segura y sostenible. Fueron también consideradas de cierta importancia la energía nuclear, el proceso creativo, el desarrollo económico, la automoción y las áreas biomédicas.
En el momento de realizar la estancia de trabajo, el Estado de Michigan definía unas actuaciones importantes con el objetivo de fortalecer la investigación en áreas como la neurociencia, la genómica, la bioinformática y la salud humana. La Universidad Estatal de Michigan fue uno de los impulsores de la iniciativa denominada Michigan Life Sciences Corridor, que se articulaba con el objetivo de coordinar los esfuerzos de diferentes instituciones públicas y privadas durante los siguientes veinte años. Las instituciones de investigación que participaban en el proyecto eran, además de la MSU, la Universidad Estatal Wayne, la Universidad de Michigan y el VanAndel Research Institute. El Michigan Life Sciences Corridor es gestionado por la Michigan Economic Development Corporation. Se trata de un proyecto con una inversión total prevista de mil millones de dólares (el presupuesto es de unos 50 millones de dólares anuales).
b) Programa propio de apoyo a la investigación[19]
La institución complementaba los programas nacionales con dos programas propios de apoyo a la investigación. El primero, llamado Intramural Research Grants Program (IRGP), aportaba financiación para tres tipos de proyectos. En primer lugar, proyectos de áreas que, por su temática, tenían dificultades para entrar en los diferentes programas federales y estatales. En segundo lugar, programas para iniciar nuevas líneas de investigación y hacerlas competitivas en los correspondientes programas nacionales. Finalmente, las Incubator grants, dedicadas a financiar equipos multi-disciplinares con el objetivo de variar el enfoque de su línea de investigación y mejorar así las expectativas de éxito en los programas nacionales. El segundo programa propio de la MSU, el Strategic Grants Program, tenía, en la edición de 1999, dos tipos de ayudas. El primero, llamado Directed Strategic Partnership Grants, daba soporte a cuatro o cinco actividades específicas de investigación que podían ser núcleo y apoyo de las líneas principales de investigación de la institución. El segundo tipo, denominado Competitive Strategic Partnership Grants, tenía por objetivo iniciar nuevas líneas de investigación con el fin de consolidarlas como áreas de excelencia de la Universidad.
La transferencia de tecnología
a) Reglamentación
Las normativas internas que tratan la transferencia de tecnología en la MSU son las siguientes:
- Patent Policy y Patent Policy Implementation Guidelines
- Interim Guidelines for Potential Conflicts of Interest in Academic Areas of the University
- Guidelines for Potential Conflicts of Interest Pertaining to Applications for NSF and PHS Research Support
- Conflict Situations
- Outside Work to Pay
- Borrowing University Equipment
- Leave Policies
- Leaves of Absence Without Pay
- Sabbatical Leaves of Absence
- Conflict of Interest in Employment
La normativa de patentes de la MSU especifica que la propiedad de los resultados obtenidos a partir de la actividad investigadora de sus trabajadores pertenece a la Universidad. Incluye en el concepto de trabajadores tanto a los investigadores como al personal de administración y servicios. Además, la normativa establece que también los estudiantes que desarrollen investigación deben ceder la propiedad de los resultados que obtengan a la MSU. El conflicto de interés, muy presente en las normativas sobre transferencia de tecnología de las universidades americanas, implica que ciertos intereses privados pueden condicionar la actividad investigadora o de transferencia de tecnología.[20] En la actividad de relación del profesor con el entorno, se pueden dar diferentes tipos de conflictos. Pero, casi todos provienen del interés que el investigador pueda tener en una empresa o institución externa. Situaciones en las cuáles se da un conflicto de interés pueden ser, por ejemplo, el intento de licenciar patentes a empresas en las que el investigador tiene participación, utilizar infraestructura universitaria para un proyecto privado, destinar más tiempo del permitido a la actividad externa de consultoría, incorporar estudiantes en una empresa del investigador, etc. La normativa de la MSU exige que, cuando un inventor quiera licenciar una patente a una empresa en la cual tenga participación, la MSU (mediante el Board of Trustees) deberá conocer todas los datos de la operación y tendrá que decidir explícitamente si se puede hacer o no, a partir, por ejemplo, de hechos como el porcentaje de participación que el profesor tenga en la empresa, si hay actividad de consultoría, si el profesor trabaja parcialmente en la empresa o es un miembro de su comité directivo, etc.
b) Distribución de royalties
En la MSU, la política de distribución de royalties es la siguiente: una vez deducidos los gastos derivados de la formalización de las patentes y de su licencia, los ingresos netos restantes se reparten entre el inventor, su grupo de investigación y la misma universidad, en unos porcentajes que dependen de la cantidad total ingresada (véase la tabla 9). Esta distribución de royalties no es la misma en todas las universidades. Sin embargo, en general, se mantiene un equilibrio entre un incentivo económico personal suficiente para el inventor y una reinversión en investigación para la institución. La política de distribución de royalties de las diez primeras universidades de los Estados Unidos ordenadas por los royalties recibidos en 1993 (entre las cuáles se encuentra la Universidad Estatal de Michigan) es la que se indica en las tablas 4 a 13. En la tabla 14 se detalla también la política de distribución de la Universidad Estatal Wayne.
Tabla 4. Distribución de royalties en la Universidad de California (todos los campus) (45,4 millones de dólares de royalties en 1993)
Net Income | Inventor (personal use) | University / State of California | Inventor (research uses) |
First $100,000 | 50% | 25% | 25% |
Next $400,000 | 35% | 25% | 40% |
Over $500,000 | 20% | 25% | 55% |
Subtract cost of patenting and an administrative fee from gross regalies |
Fuente: Katterman (1995)
Tabla 5. Distribución de royalties en la Universidad de Stanford (31,2 millones de dólares de royalties en 1993)
Inventor (personal use) | Inventor’s department | Inventor’s School / College |
33,3% | 33,3% | 33,3% |
Subtract 15% of gross regalies for patent and licensing expenses |
Fuente: Katterman (1995)
Tabla 6. Distribución de royalties en la Universidad de Columbia (21,1 millones de dólares de royalties en 1993)
Net Income | Inventor (personal use) | Inventor’s lab | Divided among university, department and school and to pay patent / licensing costs |
First $100,000 | 40% | 20% | 40% |
Over $100,000 | 20% | 20% | 60% |
Fuente: Katterman (1995)
Tabla 7. Distribución de royalties en la Universidad de Wisconsin, Madison – WARF (15,8 millones de dólares en 1993)
Inventor (personal use) | Inventor’s department | To pay patent / licensing costs and to University |
20% | 15% | 65% |
Fuente: Katterman (1995)
Tabla 8. Distribución de royalties en la Universidad de Washington (14,7 millones de dólares de royalties en 1993)
Net Income | Inventor (personal use) | Inventor’s departament | Inventor’s College | University |
First $10,000 | 100% | – | – | – |
From $10,000 to $10,000 | 50% | 18,75% | 6,25% | 25% |
Over $40,000 | 30% | 15% | 5% | 50% |
Subtract patent costs and 15% of gross regalies for administrative costs |
Fuente: Katterman (1995)
Tabla 9. Distribución de royalties en la Universidad Estatal de Michigan (14,1 millones de dólares de royalties en 1993)
Net Royalty Income | Inventor(s) | Academic Units | University |
First $1,000 | 100% | 0 | 0 |
Next $100,000 | 33,3% | 33,3% | 33,3% |
Next $400,000 | 30% | 30% | 40% |
Next $500,000 | 20% | 20% | 60% |
All additional Net Regalies over $1,001,000 | 15% | 15% | 70% |
Fuente: MSU Patent Policy
Tabla 10. Distribución de royalties en la Universidad Estatal de Iowa (11,6 millones de dólares de royalties en 1993)
Inventor (personal use) | Inventor’s college | University |
33,3% | 33,3% | 33,3% |
Subtract patenting and other expenses from gross regalies |
Fuente: Katterman (1995)
Tabla 11. Distribución de royalties en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (5,8 millones de dólares de royalties en 1993)
Inventor (personal use) | Shared by university and inventor’s department, and to pay expenses |
28,3% | 71,7% |
Fuente: Katterman (1995)
Tabla 12. Distribución de royalties en la Universidad de Florida (5,6 millones de dólares de royalties en 1993)
Net Income | Inventor (personal use) | University |
First $100,000 | 50% | 50% |
Next $100,000 | 40% | 60% |
Over $200,000 | 30% | 70% |
Subtract patenting costs from gross regalies |
Fuente: Katterman (1995)
Tabla 13. Distribución de royalties en la Universidad de Harvard (5,4 millones de dólares de royalties en 1993)
Net Income | Inventor(s) | Inventor’s
research |
Inventor’s Department | Dean | President |
First $50,000 | 35% | 15% | 15% | 20% | 15% |
Above $50,000 | 25% | 20% | 20 | 20% | 15% |
Subtract patenting and administrative costs from gross regalies |
Fuente: Katterman (1995)
Tabla 14. Distribución de royalties en la Universidad Estatal Wayne
Net Income | Inventor | Department | University |
Up to $10,000 | 75% | 15% | 10% |
Next $90,000 | 50% | 15% | 35% |
Next $900,000 | 40% | 15% | 45% |
Over $1 million | 35% | 15% | 50% |
Fuente: Wayne State University. Patent and Copyright Policy and Computer Software Policy
Administración de la investigación y la transferencia de tecnología
En la MSU, la investigación y la transferencia de tecnología se estructuran alrededor de la Office of the Vice-President for Research and Graduate Studies. Dependiente de esta oficina se encuentra la Office of Intellectual Property (OIP), responsable de la licencia de las patentes. Años atrás, en 1973, cuando un par de patentes de gran éxito empezaron a representar una cantidad importante de royalties, la Michigan State University creó una fundación externa, la MSU Foundation, con el objetivo de que asumiera su gestión. Actualmente todos los royalties generados por la OIP son traspasados periódicamente a las cuentas bancarias de la fundación que los invierte en diferentes instrumentos financieros. Las responsabilidades de la Fundación son las siguientes:
- Aportar fondos para las actividades de la universidad. Diversos programas propios de investigación de la MSU se financian a través de esta institución
- Supervisa y financia el programa de propiedad intelectual de la Universidad
- Administra determinadas donaciones a la MSU
- Es la propietaria y gestiona el parque científico de la institución (University Corporate Research Park)
La gestión de la investigación, tanto la financiada públicamente como la financiada por la industria, es responsabilidad de la Office of Contract and Grant Administration (CGA). Esta unidad curiosamente no depende del Vice-President for Research and Graduate Studies sino del Vice-President for Finance and Operations and Treasurer. Esta unidad es responsable de dar soporte a los investigadores en todos los aspectos financieros y contractuales asociados a la financiación externa de la investigación. Además, la CGA gestiona los fondos recibidos de acuerdo con las pautas establecidas por la entidad financiadora y por la propia MSU.
Parques científicos y apoyo a la creación de empresas spin-off
La Office of Intellectual Property, en 1999, en el momento de realizar la estancia de trabajo en la que este capítulo se basa, centraba sus actuaciones únicamente en la licencia de patentes como modalidad de comercialización de tecnología. No consideraba, en aquellos momentos, el apoyo directo a la creación de empresas como una ruta alternativa o complementaria. Según la dirección de la OIP, la MSU consentía las spin-offs pero no las promovía. De acuerdo con esta idea, la institución tampoco tomaba acciones (equity) en las spin-offs que los profesores de la institución creaban. La institución consideraba que había ciertos aspectos de esta modalidad que podían provocar conflictos de interés. Por otra parte, interpretaba que ciertas regulaciones estatales y federales no permitían la participación accionarial de la institución.
Sin embargo, otros actores del sistema de innovación dedican sus esfuerzos al desarrollo económico de la región. Así, ya en 1990, la MSU, a través de su Fundación, creó un parque científico para fomentar la cooperación entre las empresas y la universidad. El parque, llamado University Corporate Research Park, es actualmente todavía gestionado por la Fundación. De hecho, el director ejecutivo de ambas instituciones es el mismo. El parque se halla ubicado en las proximidades del campus universitario y hospeda a unas diez empresas.[21],[22]
Por otra parte, en 1995, la MSU, mediante el Eli Broad College of Business y la Eli Broad Graduate School of Management, la Lansing Regional Chamber of Commerce y la City of Lansing Economic Development Corporation crearon el Venture Center Inc. con el objetivo de “incentivar el desarrollo económico de la zona, suministrar a los investigadores y a los estudiantes de la MSU una herramienta para iniciar negocios que tengan como finalidad la comercialización de las innovaciones tecnológicas desarrolladas en la MSU y suministrar un campo de trabajo a los estudiantes de la School of Business de la MSU, dónde poder trabajar con la creación de empresas”.[23] Estas actuaciones se concretaron en un incubadora de empresas que, de acuerdo con la definición dada por la US Small Business Administration,[24] es un espacio dónde empresas incipientes encuentran alquileres ventajosos, comparten servicios y equipamiento y tienen acceso a un amplio abanico de programas profesionales, técnicos y financieros. El principal objetivo de una incubadora es “producir” empresas que puedan abandonar el programa para actuar independientemente y con viabilidad financiera. Finalmente, el Venture Center no se apuntaló debido a distintos problemas.
En 1999, la MSU trabajaba con el objetivo de expandir el programa. Durante la estancia de trabajo mencionada en este capítulo, la Michigan Economic Development Corporation (MEDC)[25] del gobierno del Estado de Michigan publicó una Request for Information (MEDC, 1999), el primer paso hacia un nuevo proyecto. Actualmente, la MEDC dispone de un programa, Michigan SmartZones, que estimula las colaboraciones entre universidades y otros centros de investigación, industria, gobierno y otras instituciones del entorno con el objetivo de promover la aparición y crecimiento de nuevas empresas de base tecnológica. Las SmartZones representan áreas con un importante volumen de valores relacionados con el desarrollo tecnológico y la economía del conocimiento. La de la zona de Lansing, donde se ubica la MSU, coordina, además de a la misma MSU, a las ciudades de Lansing y East Lansing, el Ingham County, la Lansing Regional Chamber of Commerce, MBI International, la MSU Foundation y el University Corporate Research Park. Pretende estimular la aparición de empresas en el terreno de las ciencias de la vida, la fabricación avanzada y las tecnologías de la información.[26]
En octubre de 2003, la MSU ha conseguido una ayuda de 1,2 millones de dólares del Michigan Life Sciences Corridor con el objetivo de promover la creación de empresas start-up relacionadas con las ciencias de la vida.[27] Por otra parte, la Michigan State University Foundation dispone actualmente de una filial, IP Ventures, que tiene por objetivo invertir en nuevas empresas originadas en la MSU.
Por otra parte, desde el ámbito privado y en las proximidades del campus de la Universidad, actúa el Michigan Biotechnology Institute (MBI International). MBI utiliza innovaciones originadas en la universidad, en los laboratorios federales de investigación y en la industria para desarrollar tecnologías orientadas a productos bio y transferirlas al sector privado. Más concretamente, MBI evalúa nuevas invenciones desde el punto de vista técnico y financiero, adquiere tecnologías externas, las desarrolla y las convierte en escalables, valida su parte económica y las transfiere, ya probadas, al mercado a través de joint ventures o de empresas start-ups. MBI se basa en dos empresas subsidiarias para comercializar esas tecnologías. Por un lado, Grand River Technologies, Inc. (GRT), que ayuda a los emprendedores en la redacción del plan de negocio, a buscar capital inversor, etc. Por otro, el BioBusiness Incubator of Michigan (BBIM), el único incubador de la zona centro de los Estados Unidos especializado en el sector biotecnológico. [28],[29]
[1] Muir, 1997; Matkin, 1990
[2] Matkin, 1990; Rogers et. al., 2000
[3] Henderson et. al., 1995; GAO, 1999
[4] Rogers et. al., 2000
[5] Matkin, 1990; Brown et al., 1991; Muir, 1997; GAO, 1999
[6] GAO, 1999
[7] Henderson et. al., 1995
[8] AUTM, 1997
[9] Miyata, 2000; Conceição et al., 1998
[10] Miyata, 2000
[11] En otras cuatro universidades (Universidad Brigham Young, Oklahoma Medical Research Foundation, Universidad de Dakota del Norte y Universidad Estatal Baile), los royalties también superan el 10% pero se debe a que la cantidad total de financiación de la investigación es baja
[12] Si se consideran de forma conjunta todas las sedes de la Universidad de California, esta institución es la primera de los EE.UU. en ingresos por royalties de patentes
[13] Cantlon y Koenig, 1991
[14] Matkin, 1990
[15] MSU, 2
[16] MSU, 2
[17] MSU, 2
[18] Cantlon y Koenig, 1991
[19] La información de este apartado se refiere al momento en que se realizó la estancia de trabajo, en 1999. A finales de 2003, los programas internos eran los siguientes: 1) Intramural Research Grant Program (IRPG), 2) Strategic Partnership Fund y 3) Research Excellence Fund (REF) (ver “Faculty Handbook – Research Chapter” en www.msu.edu/unit/vprgs)
[20] Hersey, 1990
[21] www.ucrp.msu.edu
[22] “Park aids corporate growth”, por Kristyne Demske, 2000. The State News (www.statenews.com)
[23] MSU, 3
[24] Molnar et al., 1997
[25] medc.michigan.org
[26] medc.michigan.org
[27] “MSU earns Life Science Corridor grants”, por Tom Oswald, octubre de 2003 (newsroom.msu.edu)
[29] Maredia et al. (1999) (disponible en www.agbioforum.org)