La I+D del futuro: No para diseñar productos sinó para navegar la incertidumbre.

Conversaba con CHATGPT, acerca de la I+D en el presente y en el futuro. Le he pedido esta charla ya que llevo tiempo pensando en cómo será la “función” de la I+D dentro de 20 o 25 años. Sabemos que será distinta. Pero yo no acababa de vislumbrar hacía dónde iría. Por ello, después de varias preguntas, la reflexión y pregunta que le he trasladado ha sido la siguiente:

Hoy en día, la I+D empresarial es un proceso, bastante establecido y muy uniforme en las empresas. Por ejemplo, hay una sistemática común de selección de los proyectos que se desarrollarán en los 3 años siguientes; se calculan los riesgos de los proyectos, con distintos métodos; hay maneras y herramientas para gestionar los proyectos a lo largo de su vida; en determinados casos, se decide “matar” los proyectos antes de llegar al final, hay software especializado para la I+D; etc. Es decir, es una función, un ámbito por sí mismo, con sus fronteras bien definidas, su propia cultura, sus congresos, perfiles de profesionales, herramientas, cursos de formación, revistas y artículos científicos, etc. etc. En este contexto, mi pregunta ha sido “¿Habrá un ámbito similar en el futuro para la I+D? ¿Se reconocerá la actividad de generación de innovaciones en las corporaciones?

Su respuesta ha sido la siguiente: En 2050, ¿seguirá existiendo un ámbito específico y reconocido para la I+D? La respuesta más probable es sí… pero profundamente transformado. La I+D como “función” y como “ámbito” no desaparecerá, pero es muy posible que:

  • La I+D dejará de estar contenida en un “departamento”. Hoy la I+D suele vivir en un área concreta, con procesos lineales, entregables, y cierta separación del “negocio diario”. En el futuro, la generación de innovación será una capacidad transversal, integrada en todas las áreas: desde finanzas hasta logística o recursos humanos. Toda la empresa podrá estar “en modo I+D” en algún nivel, con sistemas que capten y canalicen ideas de cualquier parte de la organización, no solo de los “científicos”.
  • I+D será más “intangible” y algorítmica. La innovación vendrá, en muchos casos, de algoritmos que operan sin intervención directa humana, proponiendo soluciones, mejorando procesos o diseñando productos de forma autónoma. Eso implica que parte del I+D se volverá invisible a los ojos del modelo tradicional: no tendrá proyectos, ni planes trianuales, ni gates (puertas) de decisión como ahora.
  • Los “profesionales de I+D” del futuro no solo serán científicos o ingenieros, sino combinaciones híbridas: filósofos de datos, diseñadores éticos, neuroprogramadores, biólogos sintéticos con formación en economía circular… La cultura también será distinta: menos jerárquica, más experimental, con tolerancia radical al error y obsesión por el impacto social.
  • Habrá un nuevo ecosistema profesional… pero más fluido. En lugar de congresos de “I+D empresarial” tal como los conocemos, podríamos tener foros transdisciplinarios donde convergen biotecnología, inteligencia artificial, arte, psicología, derecho y filosofía. Seguirán existiendo redes, certificaciones, revistas y marcos metodológicos, pero quizás ya no tan ligados a sectores industriales clásicos, sino al tipo de innovación o propósito (p. ej. innovación regenerativa, tecnologías existenciales, etc.).
  • El reconocimiento de ese ámbito vendrá más por el impacto que por el proceso Hoy se reconoce el esfuerzo de innovación, aunque el resultado no llegue al mercado. En 2045, con tecnologías predictivas y bajo presión social y ambiental, el “lujo” de invertir años en proyectos sin impacto directo puede desaparecer. El valor de la innovación se medirá en tiempo real, por su capacidad de generar bienestar, adaptabilidad, o resiliencia sistémica.
  • I+D como brújula estratégica, no solo como fábrica de ideas. La función de I+D dejará de ser “diseñar productos futuros” para pasar a ser navegadora de incertidumbre: anticipar escenarios, detectar señales débiles, imaginar futuros plausibles. El nuevo ámbito de I+D será más cercano a la estrategia, la filosofía organizacional y el diseño de futuros.

Sin duda, este texto me hará reflexionar (en especial, el último punto).

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