Efectivamente, aquí (como en otras partes del mundo), nuestras universidades abren también nuevos polos territoriales y nuevos campus en sus respectivas ciudades. Pero cuando veo lo que nosotros hacemos y lo comparo con proyectos similares de otras partes del mundo, percibo diferencias. En otros lugares, inaugurar un nuevo campus académico no es solo una cuestión urbanística y constructiva. Allí (dónde sea), la actuación urbanística se hace esencialmente para transformar a la propia universidad, orientándola hacia lo que deberá ser en el futuro. Los nuevos campus son la oportunidad para ajustar las instituciones académicas a los nuevos tiempos. Algunos ejemplos: Cornell Tech en Nueva York, Virginia Tech Innovation Campus en Alexandria, al lado de Washington o White City, de Imperial College, en Londres. Esta semana he estado en contacto con alguien próximo al Jacobs – Technion Cornell Institute, iniciativa a la que me he referido antes en multitud de ocasiones. Voy pues al caso de Cornell como ejemplo de lo que decía hace un momento. Otro día os hablaré de los otros ejemplos citados.
Empiezo pues. Todos hemos oído hablar de la Roosevelt Island, en la ciudad de Nueva York, ese pedazo de tierra situada entre Manhattan y Queens sobre el que se sustenta el puente de Queensboro.
En 2008, durante el mandato del alcalde Michael Bloomberg, Nueva York planteó acciones para dinamizarse. La respuesta sobre lo qué debía hacerse la dio Steven Strauss (fue director de la New York City Economic Development Corporation) a quién se le había encargado un análisis. Su propuesta se centró en el ámbito de la alta tecnología: creación de empresas, atracción de talento, promoción de incubadoras y aceleradoras y de fondos de inversión, campus de innovación, etc. De su reflexión surgieron el Center for Economic Transformation y sus diversas iniciativas: Applied Sciences NYC, el 160 Varick Street Incubator, la NextIdea Business Plan Competition, BigApps, Hive@55, el Media Lab y el Entrepreneurial Fund.
La primera de las propuestas citadas (Applied Sciences NYC) consistía en crear un campus universitario de ingeniería que hiciese énfasis en el emprendimiento y la creación de empresas científicas y tecnológicas. Es interesante conocer lo que se hizo para seleccionar a la Universidad encargada de dar forma a ese campus: Se acudió a una convocatoria pública, a la que se presentaron siete propuestas. Cada una de ellas suponía un proyecto doble: la parte de innovación y la parte urbanística. Y cada proyecto seleccionaba, por si mismo, un enclave u otro de la ciudad.
- La Carnegie Mellon University y los Steiner Studios centraban su propuesta en Brooklyn Navy Yard.
- La Columbia University ubicaba su iniciativa en Manhattanville.
- La New York University, junto con las universidades de Toronto, Warwick, la City University of New York, Carnegie Mellon y el Indian Institute of Technology de Bombay se centraban en el Downtown de Brooklyn.
- Amity University proponía un proyecto para la Governors Island.
- De manera conjunta, el New York Genome Center, la Mount Sinai School of Medicine, la Rockefeller University y la State University de Nueva York proponían su acción en Midtown Manhattan
- Stanford University y el City College de Nueva York ubicaban su proyecto en la Isla Roosevelt.
- La propuesta ganadora -adjudicada en 2011- fue la de Cornell y Technion de Israel, con un proyecto situado también en la Isla Roosevelt. Se denominaba Cornell Tech.
Un año más tarde Cornell Tech iniciaba sus actividades en la sede de Google, como una ubicación temporal. Aunque el campus completo se prevé finalizar en 2037, actualmente la iniciativa es ya bien visible en la isla.
Por supuesto, Cornell Tech no es lo mismo que Cornell University. Cornell Tech no es un campus académico. Es un campus de innovación, el concepto hacia el cual evolucionarán todos los campus académicos del mundo en el futuro, unos antes y otros después. Ocurrirá antes en los países que lideran el mundo; y lo lideran precisamente por esa capacidad de ser los primeros en las cosas que vendrán. Esos Campus académicos suponen la confluencia (que no significa coexistencia desconectada, sino mezcla total) de la educación, la investigación y la innovación. Uno de los edificios del campus es el Tata Innovation Center. Es una clase de edificio usual en este tipo de iniciativas. Acoge a corporaciones, grupos de investigación de Cornell Tech, empresas tecnológicas, startups e inversores. Además, la propuesta de Cornell y Technion comportaba también la creación del Jacobs Technion-Cornell Institute, que incluye 3 hubs: Connective Media, Health Tech y Urban Tech. Esos hubs suponen formación académica (para cada hub, los alumnos obtienen una doble titulación de Máster, de Cornell y de Technion). Pero esa formación es muy distinta a la tradicional. Incluye proximidad a la aplicación, retos y soluciones, planes docentes de rápida modificación y adaptación, creación de empresas… Además, el Jacobs Technion-Cornell Institute tiene otra iniciativa (de la cual yo estoy enamorado): El Runway Startup Postdocs, que ayuda a los doctores recientes a convertir sus ideas en empresas científicas y tecnológicas.
Cuando nuestros gobiernos y nuestras universidades planean nuevos campus, piensan únicamente en los edificios, en los metros cuadrados que tocarán a cada departamento o instituto y en el traslado de facultades. En sitios en los que se conoce la complejidad del mundo actual, esos nuevos proyectos urbanísticos permiten también agilizar la transformación de las instituciones docentes e investigadoras, acercándolas al papel que deben tener en el futuro.
Molt interessant Pere. Una pregunta que afegeixo. Si trobem un espai. Com ho fem per afavorir les interaccions i la col.laboracio. Un lloc per pensar-hi es París-Saclay que vaig visitar la setmana passada pero que afronta grans reptes justament per a no ser juxtaposicio sinó unió que sumi mes que les parts.
Gràcies! És la gran pregunta 🙂 !!
Precisament ahir jo ho comentava amb un company. En el nostre model actual, de res serveix concentrar (per exemple, en els parcs científics) si no es troba el sistema per guiar la interacció i el treball conjunt. Fa uns anys, jo vaig visitar H-Farm. Jo acompanyava el director general d’una potent institució de Barcelona així com una persona molt rellevant de l’ecosistema. Preteníem veure com ells eren capaços de generar aquesta sistemàtica. En aquells moments, ens va semblar eveure-hi allà una solució. Però finalment crec que no els ha acabat de funcionar. Queda per tant l’oportunitat pendent de ser resolta.
De totes maneres, hi ha dues maneres de lograr això: 1) Crear aquesta sistemàtica sobre el model conceptual actual, 2) Crear un nou concepte, en el que estudiants, investigadors, emprenedors, gent de les corporacions, etc. treballin conjuntament des de moments molt inicials. Això és el que fan aquests campus de la innovació.
Excelente entrada. Me da que necesitamos menos edificios, más flexibilidad y mayor dinamismo en las presuntas élites. Eso pasa por encontrar líderes auténticos, tener más confianza en las iniciativas personales y orientar la acción combinando la curiosidad con la necesaria resolución de problemas reales.
Gracias Iñigo! Efectivamente, tienes razón. Y dicho de otra forma: Liderazgo para cambiar el presente, no solo para gestionarlo.