Leía estos días el provocador informe que Ernst & Young (Australia) acaba de publicar (The peak of higher education — a new world for the university of the future). Se refiere a las universidades. Más en concreto, a su futuro. Lo hace desgranando hipótesis (What If). Pero aporta pistas que sugieren que serán ciertas. De ese texto saco las ideas siguientes:
- Imagínate que estamos en 2030. En ese futuro cercano, aprender será como es hoy escuchar música a través de Spotify. Tocarás una pantalla, accederás a catálogos de contenido de aprendizaje para consumir a tu propio ritmo, con algoritmos que te sugerirán temas de interés. Crearás y compartirás listas de reproducción educativas favoritas. La plataforma te ofrecerá contenido personalizado, cada vez más ajustado, en función de tus preferencias de aprendizaje, tus pasiones y tus aspiraciones profesionales
- Las aulas están pues acabadas. Ya no existirán en 2030. En un mundo definido por el “trabajamos desde cualquier lugar”, la gente querrá también “aprender desde cualquier sitio”. Existen ya plataformas educativas para satisfacer esta demanda.
- En ese 2030, tu vivirás en modo beta. Constantemente tendrás que aprender algo nuevo para tu carrera. Iniciarás sesión en tu plataforma de formación, la cual te ofrecerá asesoramiento sobre qué programas refuerzan tu empleabilidad y objetivos profesionales. Tendrás multitud de opciones: aprendizaje en el trabajo, micro-credenciales, programas de grado universitario con garantías laborales… La plataforma contendrá tu creciente cartera de habilidades y te proporcionará información sobre el retorno de la inversión de tu aprendizaje. Por tanto, en 2030 invertirás en tu conocimiento tan fácilmente como hoy puedes invertir en bolsa.
- Ya hoy en día, el mercado laboral está pidiendo a gritos innovadores, solucionadores de problemas y aprendices que se actualicen a sí mismos y que tengan la capacidad de colaborar y cocrear con otros. Y esto no lo aseguran los títulos universitarios. En este porvenir nada lejano, los empleadores y la sociedad entera se preocuparán poco por los títulos universitarios tradicionales. Todo el mundo estarán en cambio interesado en las habilidades listas para el trabajo.
Amenaza
- Las universidades existen desde hace siglos. Es cierto. Pero no son inmunes al proceso de disrupción que ha afectado a multitud de sectores empresariales y que ha derribado a gigantes de los medios de comunicación, del mundo de los automóviles o de la energía.
- El mundo universitario está en crisis. No se consigue llegar a más estudiantes. Podríamos estar ya en el límite de la capacidad de formación universitaria. Hay evidencias que apoyan esta hipótesis. Las tecnologías convergentes están reinventando la educación superior. Lo digital impulsa la aparición de nuevos ecosistemas de aprendizaje y de creación de conocimiento. Se prepara el escenario para una inmensa innovación en este ámbito.
- Las universidades son ya actualmente solo una categoría más de una plétora de proveedores de servicios de conocimiento a los que se accede a través de plataformas digitales, que reducen los costos marginales de distribuir contenido a casi cero al tiempo que permiten una escala y un alcance casi infinitos. Las universidades en 2030 serán como las bibliotecas públicas en 2021: templos del conocimiento que pocos visitan porque la información y los servicios se han desmaterializado en pantallas.
- Las universidades han perdido el monopolio de la acreditación y las credenciales sin título son la tendencia. Algunos empleadores y organismos de la industria compiten directamente con la acreditación tradicional. Las mismas universidades están colaborando con otros agentes para desarrollar credenciales a medida.
- Ya vemos una demanda creciente de aprendizaje continuo. También flexible, personalizable y casi gratuito. Caen los ingresos de los operadores tradicionales a medida que las industrias se digitalizan; aumentan servicios como Clubhouse, Substack, YouTube y podcasts para reemplazar conferencias pregrabadas; Google ofrece certificados de carrera y los MBAs corporativos gratuitos aparecen como alternativa a los títulos universitarios.
- Muchas universidades se enfrentan al riesgo de sustitución y no sobrevivirán al cambio tecnológico exponencial.
Para encarar ese futuro…
- Las universidades deberán dejar de escribir piezas de contenido. Existen ya terabytes de contenido de calidad a los que los estudiantes pueden acceder fácilmente.
- Las universidades deben concentrarse en el alumno. El alumno debe estar en el centro. Pero hay multitud de instituciones. Se hace difícil navegar por el magma del sector universitario. Los competidores corporativos o los nuevos proveedores de educación aprovechan esa ventaja.
- La investigación deberá pagar la factura: Los ingresos de la investigación comercializada tendrán que aumentar, buscando equilibrar el descenso de la financiación gubernamental y de los ingresos de los estudiantes internacionales.
- Las universidades reutilizarán sus activos de campus infrautilizados para la incubación de empresas.
- Los estudiantes de doctorado tendrán claras trayectorias profesionales en la industria y eventualmente trabajarán desde la universidad para empresas, en proyectos conjuntos de investigación.
- Existirá un gran ‘mercado de innovación’, donde los estudiantes de doctorado y las universidades competirán para asegurar oportunidades de financiación y colaboración.
- Para sobrevivir y prosperar en el sector de los servicios del conocimiento, las universidades deberán reinventarse cambiando su curva en S, pasando de la etapa de madurez de la curva de educación superior a la etapa de crecimiento de la curva de los servicios del conocimiento.
Moltes gràcies! Muchas gracias! Lo he tenido que leer dos veces porque es tan interesante todo lo que dices que quería digerir bien cada párrafo. No puedo estar más de acuerdo, incluso de una manera orgánica a have el tiempo que en mis cursos el peso de los proyectos y ensayos es muchísimo mayor que el examen. También hago pitch entre mi network para Incentivar el mentorship por parte de grandes empresas de los proyectos de los alumnos. La única cosa que aún no se puede aprender online es a pensar, los soft skills, y a tener criterio (o seleccionar lo que lees o aprendes). Así que en eso me centro en mi aula (o lo que me queda de ella :). Mil gracias por este artículo que ya te pido permiso para traducir y circular en tu nombre entre mis colegas en la HKUST
Gràcies a tu Coral! Un plaer! I permís totalment concedit per a l’ús de l’article 🙂
Una entrada genial Pere. Me ha retrotraído a una reflexión que realicé en 2017 consecuencia de un artículo de Javier Ongay sobre la necesidad de los “nuevos talentos”. La comparto: https://cristobalaguilera.com/2017/06/03/mensajes-para-un-mundo-liquido/
Gracias por tu aportación Cristobal !
Hola Pere, excelente publicación me encantó el resumen.
Gracias Evelyn !!