Sabéis que tengo un interés por cómo se crea -a través de la ciencia- y por cómo se transfiere la tecnología. Me dedico profesionalmente a estos temas y además, muy pronto -en septiembre- saldrá de la editorial mi libro Ciencia, Tecnología y Startups, que trata esas cuestiones.
El libro se interesa también por la naturaleza de la tecnología y por su evolución. En esta parte, de carácter conceptual, hago una incursión al carácter evolutivo casi biológico del desarrollo de la tecnología. Considero que quién mejor lo ha explicado para el gran público es Brian Arthur, en su libro The Nature of Technology.
Hace unos meses escribía en Sintetia lo siguiente: “Brian Arthur es también profesor del Instituto Santa Fe, una entidad que se dedica a estudiar todo lo relacionado con la teoría de la complejidad. En los años 80 y 90, en ese Instituto, Brian Arthur lideró un pequeño equipo que formuló un nuevo enfoque para analizar la economía: la economía de la complejidad, que supone ver la economía como un sistema complejo. La ciencia de la complejidad intenta encontrar mecanismos comunes que empujan hacia la complejidad a sistemas -de tipos muy distintos- en los que muchos agentes interactúan y se adaptan entre sí y a sus entornos. Es el caso de sistemas físicos, biológicos, sociales y tecnológicos y como ejemplos tenemos Internet, pero también el sistema nervioso, los ecosistemas biológicos, economías, ciudades y civilizaciones.”
Pero no hace falta desplazarse a Santa Fe, en Estados Unidos, para encontrar investigadores que trabajan en sistemas complejos. Aquí tenemos el Complex Systems Lab, liderado por Ricard Solé, que colabora estrechamente con ese centro americano. El ICREA-Complex Systems Lab es parte del Departamento de Biología de la Universitat Pompeu Fabra y del Parc de Recerca Biomédica (PRBB). Es también miembro del Institut de Biologia Evolutiva. Es un grupo de investigación interdisciplinario que explora la evolución de sistemas complejos, tanto naturales como artificiales, buscando sus leyes comunes de organización.
En su página web tienen un texto, que yo encuentro precioso, sobre la evolución de la tecnología. Me permito reproducirlo íntegramente aquí. Es el siguiente:
Podemos ver la historia de la tecnología como un proceso de evolución, pero impulsado por el ser humano. A pesar de que (hasta ahora), la tecnología no puede autorreproducirse, es evidente que la dinámica a nivel poblacional de la innovación tecnológica a largo plazo se parece en muchos aspectos a la evolución biológica. El diseño de nuevas tecnologías está fuertemente influenciado por las tecnologías existentes, y el cambio tecnológico puede verse como un proceso de descendencia con variación y selección. Se requieren tanto el azar como el contexto apropiado para que ocurran las innovaciones.
Los linajes de diseño muestran a menudo cambio rápido y diversificación, así como exaptaciones. Esto se ilustra con la imprenta de Gutenberg, cuando una tecnología existente (la prensa de tornillo) que, por cooptación, sirvió para un propósito completamente nuevo. La extinción y el reemplazo también son comunes. Tan pronto como aparece una invención genuinamente nueva, generalmente es seguida por una enorme diversificación y después por la extinción (y adaptación) de la mayoría de los inventos competidores. Además, el cambio tecnológico también muestra convergencia: descubrimientos similares son realizados simultáneamente por diferentes inventores, como las más de 20 patentes diferentes que involucran inventos de bombillas antes del éxito de Edison. La opinión de que la evolución tecnológica sigue reglas similares a la evolución biológica ha captado el interés de científicos, historiadores e ingenieros por igual.
A pesar de las similitudes, la evolución tecnológica se aparta de la evolución biológica en aspectos fundamentales. En el cambio tecnológico, las metas y expectativas a largo plazo tienen un papel relevante. Los diseñadores buscan la optimización, generalmente bajo criterios explícitos como la eficiencia, el costo y la velocidad. Además, como señaló François Jacob, en contraste con los artefactos, las estructuras vivas son en gran parte el resultado de retoques, es decir, una reutilización generalizada y una combinación de elementos disponibles para construir nuevas estructuras. La tecnología depende en gran medida de la combinación de invenciones preexistentes, pero a diferencia de la biología, la introducción de nuevos elementos simples puede restablecer por completo el camino de las tecnologías futuras. Por el contrario, en biología, una vez establecidas, las soluciones a los problemas rara vez se reemplazan.
Las innovaciones biológicas y tecnológicas implican limitaciones de costes. La eficiencia termodinámica también puede ayudar a comprender el origen de algunas estructuras. Las leyes de escala alométrica ilustran redes de distribución biológica (incluidas las vasculares y respiratorias) basadas en disipar eficientemente energía en árboles fractales. La eficiencia también ha impulsado mejoras tecnológicas y marca el desarrollo de la máquina de vapor y la bicicleta. La evolución de esta última puede verse como una sucesión de mejoras para un mayor rendimiento y un menor costo metabólico. Sin embargo, el acoplamiento entre los costos de energía y las mejoras no es una condición previa para que ocurra un cambio tecnológico. Por un lado, muchos ejemplos ilustran un patrón común de desarrollo de una invención dada: en las primeras etapas, las invenciones a menudo son demasiado caras y no se perciben como económicamente relevantes. La barrera a la difusión solo puede superarse mediante la visión de las personas que persiguen sus puntos de vista y objetivos.
¿Es posible formular una teoría de la evolución tecnológica? ¿Cuánto podemos aprovechar de nuestra comprensión teórica de la evolución biológica? Los avances recientes dentro de la teoría de redes y una disponibilidad única del registro fósil de invenciones humanas podrían ayudar a alcanzar ese objetivo. Dicha teoría necesita considerar la existencia de tendencias universales, el contexto económico y la historia. Creemos que un gran esfuerzo en esta dirección resolvería el debate sobre similitudes versus diferencias.