El mundo está en constante cambio. Veamos en qué es distinto el mundo en el ámbito de la tecnología y la I+D empresarial en este momento.
Estamos ahora -comparando con el pasado- frente a un mapa de participantes en la I+D más complejo, con unas redes de colaboraciones más densas y diversas y en un entorno cada vez más global. El laboratorio de I+D, más que un laboratorio, hoy es un ecosistema dinámico y complejo. Los resultados no son generados por una sola empresa, sino de manera conjunta por esas redes amplias, diversas y globales de entidades que desarrollan tecnología de manera colaborativa. Las cadenas de valor y los socios proveedores están globalmente dispersos. Las propias corporaciones —multinacionales— tienen sus centros de I+D distribuidos por todo el mundo, ubicados en las instalaciones que cada compañía tiene en diferentes países. Un proyecto de I+D de una multinacional está hoy repartido por esos distintos centros. La distancia, las diversas franjas horarias y la diversidad cultural han introducido enormes retos en la gestión de esos proyectos globales de I+D.
Las empresas necesitan, más que nunca, estar conectadas al mundo, en un momento en que la producción de ciencia y de tecnología se ha diversificado geográficamente. En pocos años ha emergido la fortaleza investigadora de China e India. China es hoy una potencia en I+D y tecnología que cada año genera cuatro veces más graduados en ciencia y tecnología que Estados Unidos. Las empresas que quieran estar en la frontera del conocimiento y la tecnología deben estar en contacto con esos sistemas emergentes.
Asimismo, en los últimos cinco años hemos visto florecer en todo el globo numerosos —algunas fuentes indican que unos 300— y potentes ecosistemas de startups tecnológicas que complementan lo que antes tan solo sucedía en Silicon Valley y en Boston. Las empresas deben estar también cercanas a esos polos de actividad tecnológica. Hablamos, en este blog, hace pocos días, de como las grandes corporaciones globales tenían sedes en Cambridge, para estar cercanas a esa enorme concentración de ciencia, tecnología y startups (ver el post Cambridge Phenomenon: High-Tech in a Town).
Uno de los primeros laboratorios de I+D empresariales fue el de General Electric, creado en 1900. Impulsado por Charles Steinmertz y fundado en 1900, se ubicó en la pequeña ciudad de Niskayuna, en el estado de Nueva York, a pocos kilómetros de Albany. Su primer director, Willis Whitney, administró el centro durante varios años. Como sucede con todas las innovaciones (y un centro de I+D empresarial fue, en su momento, una innovación), tuvo su proceso de difusión. Se basó en las visitas que otras compañías americanas hicieron a ese centro de I+D de GE para entender qué pretendía la compañía con aquello. Responsables de empresas como DuPont, Eastman Kodak o General Motors pasaron por el despacho de Willis Whitney con ese objetivo. Y el concepto, a partir de esas visitas que otras empresas les hacían para entender la idea, se fue extendiendo por el mundo.
General Electric no tuvo ningún centro internacional de I+D hasta 1999, cuando abrió un centro en Bangalore, en India. En 2000, inauguró una tercera sede global en China, en Shanghái. En 2004, abrió un centro en Múnich; en 2009, otro en Detroit; en 2010, uno en Río de Janeiro; en 2011, uno más en California y, en 2012, el de Israel. Es una explosión de actividad global de la I+D de General Electric en el siglo XXI, frente a esa total centralización que la empresa mantuvo durante 99 años. Ese proceder de General Electric ilustra con claridad el cambio que se ha producido en el mundo.
Una investigación estudió las 500 mayores empresas globales para saber dónde se situaban sus centros de I+D. Se comprobó lo siguiente. En Estados Unidos se hallan 502 centros de I+D de esas 500 empresas. Alemania tiene 153; Japón, 151; Reino Unido, 109; China, 98; Francia, 86, e India, 63.
Estados Unidos es el país del mundo que atrae a más centros de I+D de multinacionales extranjeras, con un total de 227. Esas empresas que instalan centros de I+D en Estados Unidos son, por este orden, de Japón, Alemania y Francia. China atrae a 73 centros de I+D extranjeros a su país. India es el país del mundo con más centros de I+D de multinacionales americanas y atrae a más centros de I+D de multinacionales extranjeras que países como Japón, Francia, Canadá o Brasil. China e India están cambiando el mapa de la I+D en el mundo.