En un post reciente (ver Mazzucato y sus ideas) os resumía la importancia de la investigación pública para la generación de actividad empresarial, para la creación de tecnología. Seguramente el mejor ejemplo en ese post era el de las patentes. El análisis de 400.000 patentes había demostrado que una buena parte de ellas se basaban en los papers científicos de las universidades y los centros de investigación. Pero, por supuesto, el efecto del sector público sobre la tecnología no se limita a los papers. Existe también una via directa: la transferencia de tecnología. La Ciencia pública no se limita a “escribir”. Crea también Tecnología y la transfiere al mercado. En este post (que, por extensión, voy a dividir en más de una entrega) os hablo de 100 tecnologías y empresas que se han creado en el entorno investigador público y que hoy se están aplicando. Son unas pocas (muy pocas, poquísimas, una ínfima parte) de las miles y miles que la investigación pública mundial ha creado y trasladado al mercado en los últimos 50 años.
Alguién dirá: ¿Miles y miles? ¡Estás exagerando! Pues no. ¿Queréis una referencia más concreta? Os aporto la de la Association of University Technology Managers (AUTM). Se trata de la mayor asociación mundial en el ámbito de la transferencia de tecnología. Agrupa a más de 3.000 miembros de 800 universidades, centros de investigación, hospitales investigadores y organizaciones gubernamentales de todo el mundo. La AUTM contabiliza los siguientes resultados:
- 380.000 notificaciones de invenciones por parte de los investigadores de sus instituciones en los últimos 25 años
- 80.000 patentes
- 11.000 empresas creadas desde 1995
- Más de 200 medicamentos y vacunas desarrollados conjuntamente con el sector privado desde 1980
Y estos son datos de…. ¡sólo las 800 instituciones que están asociadas a la AUTM! Recordad que hay miles y miles de universidades y centros de investigación en el mundo. Los datos de un solo año (2017) de las instituciones adheridas a esa asociación fueron los siguientes:
- 68.200 millones de dólares gastados en I+D
- 24.998 notificaciones de invenciones por parte de los investigadores
- 15.335 solicitudes de patentes
- 7.849 contratos de licencia de tecnologías
- 755 nuevos productos
- 1.080 nuevas empresas creadas para llevar al mercado los resultados de la investigación
- De todas esas empresas creadas en los últimos años, 6.050 estaban vivas, operativas, en ese año 2017
Un estudio de 2012 de la Universidad de Stanford cuantificaba en 39.900 las empresas constituidas por los alumnos y profesores de esa Universidad desde 1930. Eran casi 5,5 millones de puestos de trabajo.
Todos ellos son datos…. ¡brutales!
Steven Brint es un professor de sociología y política pública de la Universidad de California. Una de sus líneas de trabajo ha sido el impacto de las universidades. En 2017, Times Higher Education se referia a los resultados de uno de sus proyectos. Brint analizó las que se consideraban 50 principales invenciones entre 1995 y 2005, según la opinión de 25 expertos de 17 universidades y museos de los Estados Unidos. Sus resultados fueron que las universidades participaron en el 74% de las invenciones. El profesor consideró que esa participación de las universidades fue decisiva o muy importante en el 40% de esas 50 invenciones. Además, vió que los investigadores académicos participaban en todo el proceso de creación de la invención, no únicamente en los estadios iniciales.
Mi objetivo con este post es concienciar sobre este hecho palmario: Una gran parte (inmensa parte) de la tecnología mundial (incluyendo en el concepto de tecnología a medicamentos y tecnologías médicas, por supuesto) es creada desde la Ciencia financiada públicamente. Deberíamos rendir constante homenaje a toda la gente responsable de ello. Os relaciono a continuación 100 ejemplos de tecnologías y empresas de las que nuestra sociedad disfruta y que fueron generadas en la investigación pública (universidades, centros de investigación, hospitales investigadores, agencias de investigación):
- Empiezo por una que revolucionó el mundo biotecnológico (de hecho, lo creó): el ADN recombinante. Los primeros papers científicos sobre esta tecnología en la Universidad de Stanford son de principios de los años 70. Pero, como todas las grandes aportaciones de ese calibre universal, las bases se establecieron mucho antes. Décadas y décadas de investigación financiada públicamente desembocaron en ese momento de concreción, en ese tiempo y en ese lugar. En 1974, la Universidad de Standford solicitó la patente y la licenció para varias aplicaciones. Una de las primeras fue la producción de insulina para los diabéticos, desarrollada por Genentech, la primera empresa biotecnológica del mundo. Las aplicaciones de esa invención han sido brutales: creación de plantas transgénicas resistentes a hongos, bacterias o a insectos, desarrollo de nuevas vacunas (por ejemplo, la del papiloma humano o la de la hepatitis B), interferones, la hormona del crecimiento o la clonación de animales. Un nuevo mundo nació con esa invención.
- Otra gran revolución tecnológica, ésta más reciente, el Grafeno, tuvo también a sus impulsores en el sector investigador público. Andréi Gueim y Konstantín Novosiólov, premiados con el Nobel de Física de 2010, desarrollaron sus trabajos de investigación sobre este material en las Universidades de Nimega, el Instituto de Física y Tecnología de Moscú y la Universidad de Manchester. Las aplicaciones del grafeno son tantas que aún estamos al inicio del desarrollo de tecnología: se aplica al mundo de la electrónica, para circuitos electrónicos y cables de lata velocidad, a los acumuladores eléctricos, a las pantallas flexibles, al mundo de la medicina, al proceso de ósmosis para desalinizar agua, etc. etc.
- Implantes en el cerebro. La universidad de Ohio lleva tiempo trabajando en un “marcapasos” para el cerebro, útil para los afectados por el Alzheimer. Recientemente, el Departamento de Defensa americano se ha sumado a ese interés financiando una más amplia investigación en este campo. El objetivo es estimular mediante pulsos eléctricos las zonas profundas del cerebro, con la finalidad de mejorar las condiciones cerebrales de los afectados por Alzheimer, epilepsia o Parkinson.
- Algoritmo de Google. Por supuesto, todos conocemos la historia de Google. Sus creadores, Larry Page y Sergei Brin, se conocieron en Stanford en 1995 en un programa de doctorado. Su servicio, ahora universal, nació en ese programa, como parte de su proyecto de investigación.
- La penicilina, descubierta por Alexander Fleming, fue convertida en medicamento en la Universidad de Oxford a finales de la década de los 30 del siglo pasado. Fueron los científicos Howard Florey, Ernst Chain y Norman Heatley los que lo consiguieron.
- La vacuna de la terrible Polio también se debe al sistema de investigación, americano en este caso. La desarrolló Jonas Salk en 1955 en la Universidad de Pittsburgh. Al igual que otros inventores y desarrolladores de medicamentos para graves enfermedades (caso de Fleming, por ejemplo), tuvo un gran reconocimiento social. El mismo presidente Eisenhower le sugirió que se dirigiese a la población a través de la televisión. Es bueno recordar que, hasta la aparición de la vacuna, en Estados Unidos se daban 25.000 casos de polio cada año, 3.000 de los cuáles morían. El resto, sufría graves secuelas paralíticas. En el primer año de la vacuna, se dieron una decena de casos.
- El último año del siglo pasado tuve la oportunidad de trabajar unos meses en la Office of Intellectual Property (OIP) de la Michigan State University (MSU), en East-Lansing. En esa Universidad, a finales de los años 70 y principios de los 80, se descubrieron los efectos de dos compuestos que han sido los más utilizados en quimioterapia contra el cáncer. El Carboplatin y el Cisplatin. Se les ha denominado la “penicilina del cáncer”, ya que fueron de los primeros, han sido los más prescritos y los más efectivos para muchos tipos de cáncer. Fue Barnett Rosenberg quién desarrolló esta maravilla de la humanidad. Al igual que con la penicilina, la casualidad jugó su papel (os lo contaré en otro momento). El medicamento se desarrolló conjuntamente con el Instituto de Investigación del Cáncer de Londres y la empresa que adquirió la patente fue Bristol-Myers Squibb, quién en 1978 obtuvo la aprobación de la FDA americana. La MSU ha obtenido casi 500 millones de dólares de esa licencia. Son gestionados por una Fundación que tiene por objetivo dar soporte a la investigación de la Universidad. Desde 2004 es posible fabricar genéricos ya que la vida de las patentes ha finalizado. Barnett Rosenberg murió en 2009.
- El Taxol es otro de los grandes tratamientos para el cáncer. El compuesto activo del Taxol, el paclitaxel, fue descubierto en la corteza del tejo del Pacífico, un árbol de la familia de las taxáceas, muy apreciado por su madera. Pero, para obtener una cantidad suficiente de producto, hacían falta muchos árboles, que, además, al perder la corteza, morían. Finalmente, en 1991 el profesor Robert Holton, de la Universidad Estatal de Florida, desarrolló un método de síntesis del paclitaxel a partir de las hojas y ramas de otro tipo de tejo, más común. La invención fue licenciada a Bristol-Myers Squibb, que empezó la producción en 1992. En 1999, cuando yo estuve en la MSU, la Universidad Estatal de Florida recibía unos 45 millones de dólares anuales de royalties por esa invención.
- El CERN, dedicado a la física de partículas, genera también tecnología a manera de “subproductos”. Uno de ellos, desarrollado en 1990, és la web www, el sistema de páginas de documentos de hipertexto interconectados a través de hiperenlaces, que permitió la navegación por Internet
- La pantalla táctil que hoy tenemos en nuestros teléfonos móviles se creó también en el CERN de Suiza. Uno de los ingenieros del laboratorio, quiso simplificar la sala de control del acelerador de partículas, que tenía múltiples pulsadores y accionadores. Para ello desarrolló una pantalla táctil basada en botones, que hoy llamaríamos iconos, y en una selección de funciones en un árbol de comandos. Eso fue en 1970.
- Apple integró esa idea y la convirtió en una revolución en el mundo del teléfono móvil. Esa tecnología evolucionó con la pantalla multitáctil (una pantalla táctil que reconoce simultáneamente múltiples puntos de contacto), que fue desarrollada por un doctor en ingeniería de la Universidad de Delaware, Wayne Westerman. Finger Works, la empresa que creó para comercializarla, fue adquirida por Apple en 2005.
- Organox es una empresa creada en la Universidad de Oxford que desarrolló un dispositivo que facilita el transporte y la conservación de órganos que deben ser transplantados. El aparato hace que el propio órgano autoregule su circulación y presión de sangre.
- El IDIBAPS de Barcelona creó en 2014 una spinoff similar, Transplant Biomedicals. Su tecnología combina frío y ultrasonidos a baja frecuencia y de baja energía y ausencia de oxígeno, con el objetivo de mejorar la preservación de los órganos durante el transporte. En el momento de escribir este texto, la compañía presenta concurso voluntario de acreedores, por las dificultades para llegar a mercado.
- Simulect es un anticuerpo monoclonal desarrollado por el University College London y comercializado por Novartis. Actúa como agente inmunodepresor para evitar rechazos en transplantes de riñón.
- El sistema de posicionamiento global GPS fue desarrollado por el Departamento de Defensa americano, a través de su agencia DARPA, y puesto en funcionamiento en 1978.
- Siri, el asistente del IPhone, proviene de un proyecto iniciado en 2003 por la misma DARPA. Era el proyecto CALO – Cognitive Assistant that Learns and Organizes. Apple adquirió el programa en 2010.
- DARPA fue también la protagonista del inico de Internet. Ahí en esa Agencia se puso en marcha ARPANET en 1969.
- La imagen por resonancia magnética nuclear (RMN) tiene también origen en el sector investigador público. En concreto, en diversas iniciativas a lo largo de la historia, empezando en la Universidad de Columbia en los años 30 y siguiendo en Stanford y Harvard en los 40 y llegando a la SUNY (State University de Nueva York) en los 70. También en la Universidad de Nottingham y en el Politécnico de Zurich, en Suiza. En 1991 se concedió el Premio Nobel a los distintos inventores. Los fondos económicos para investigar, en los Estados Unidos, tuvieron su origen en la National Science Foundation (NSF) y en los National Institutes of Health (NIH).
- Científicos del Imperial College de Londres desarrollaron una técnica que permite detectar el grado de obstrucción de las arterias. Con ello, se decide sobre si se debe o no implantar un stent. La Universidad, a través de su oficina de transferencia de tecnología, “empaquetó” el conocimiento y lo vendió a una empresa del grupo Philips. Actualmente, poco tiempo más tarde, esta técnica se aplica en los hospitales de todo el mundo de forma rutinaria.
- El Proyecto del Genoma Humano, promovido por Estados Unidos, a través de sus departamentos de Salud y de Energía, y con la participación de otros países, surgió en 1990 y se dotó con 3.800 millones de dólares de fondos federales. Su objetivo era mapear el genoma humano en 15 años. La historia de esta iniciativa sigue el mismo patrón que en otros muchos casos de avance del conocimiento humano: en los años 80 los investigadores secuenciaban gen a gen, sin tecnologías de soporte. Pero en 1986 aparecieron las primeras máquinas de secuenciar y ello animó y sustentó la propuesta del proyecto. Bill Clinton y Toni Blair avanzaron un primer esquema del genoma en junio de 2000. El genoma completo se presentó tres años más tarde, un poco antes de lo previsto.
Seguiré con las 80 tecnologías y empresas restantes en próximos días