Este post ha sido escrito por Nicolás Guarín, en el marco del Máster oficial de Creación y Gestión de Empresas Innovadoras y de Base Tecnológica de la Universidad de Barcelona (curso 2018-2019).
Uber es una de las compañías que más disrupción tecnológica ha causado en la última década. Su crecimiento la ha llevado a ser la startup privada con mayor valoración; llegando a los $72 mil millones de dólares en agosto del 2018; según afirman algunos inversores.
Fundada en el 2009 por Travis Kalanick y Garret Camp, el modelo de negocio de Uber fue fundamental para convertirse rápidamente en unicornio, alineándose con la tendencia de las economías colaborativas. La joven startup se enfocó en la tecnología y no invirtió en activos que pudieran depreciarse como los coches, que además le impediría su proceso de escalabilidad.
Uber comenzó con una inversión inicial de más de 200 millones de dólares de sus fundadores, un año después obtuvo financiación de más de una docena de inversionistas ángel. La financiación inicial fue invertida en mejorar el MVP (mínimo producto viable), un sistema de geolocalización más preciso y una interfaz más amigable para los usuarios y conductores.
En el 2011 obtiene su financiación serie A de 11 millones de dólares; esta inversión fue destinada a promoción y a su proceso de expansión. Sus fundadores entendieron que una expansión rápida causaría el network effect que necesitaban para crear una barrera de entrada a sus competidores.
A partir de ese momento ha tenido financiación cada año, las más significativas han sido la serie G del 2016; en donde el fondo de inversión público de Arabia Sudita invirtió 3.500 millones de dólares. Uno de sus últimos inversionistas fue la firma de automóviles japonesa Toyota, que invirtió 500 millones de dólares en el 2018.
Debido a que Uber sigue siendo una compañía privada, hay inversiones que no han sido reveladas. Sin embargo, en un aproximado dado por pitchbook, el total de financiación por inversiones más deuda que ha recibido desde su fundación supera los 20 mil millones de dólares.
Uber ha tenido especial cuidado en ser referenciado como un TNC Transportation Network Company, una compañía de red de transporte y no como una compañía de transporte tradicional. Aunque muchos afirman que el futuro de Uber va de la mano de las regulaciones de cada región; algunos gobiernos siguen sin una clara regulación y con constante presión de los propietarios de licencias de servicios de taxi y los mismos taxistas, para que la plataforma sea declarada ilegal y los conductores de Uber sean fuertemente condenados con multas.
Sin embargo creo que Uber ha logrado posicionarse como un servicio necesario en muchas regiones, tanto para usuarios como para autónomos, que anteriormente no tenían ninguna fuente de ingreso.
Adicionalmente algunos de los inversionistas de Uber son fondos de inversión o personajes altamente influyentes como Jeff Bezzos, Golman Sachs, Toyota, Baidu o el Fondo Público de Inversión de Arabia Saudita que se esforzaran por llevar a Uber a una dirección de penetración y legalidad.
Por otra parte, el futuro de Uber está en la denominada AV Tech: Autonomous Vehicles o coches autónomos. En el 2014 Uber comenzó a probar esta tecnología en Pittsburgh (Pensilvania) y posteriormente compró Otto; una startup de camiones autónomos que incluye ingenieros con altos perfiles en tecnología.
Sin embargo si en la actualidad Uber ha generado una fuerte oposición con el gremio de taxistas por el mercado, los vehículos autónomos sacarán de la ecuación al conductor, eliminando millones de empleos y escalando a un conflicto mayor.
Otra evolución de la plataforma es el servicio de transporte aéreo. Para el 2020 tiene planeado lanzar una flota de coches voladores en Dallas-Forth Worth y Dubai. Según el artículo de Alex Dives de la revista Wired, Uber ya tiene contratos con 5 compañías que desarrollan naves eléctricas que despegan y aterrizan verticalmente, entre ellas Aurora Flight, Pipistrel y Bell Helicopter. En esta iniciativa también tienen planeado que sean naves autónomas y la compañía sería la propietaria de las naves.
Sin lugar a duda Uber tiene proyectos ambiciosos y por esta razón han decidido lanzar su IPO (Oferta Inicial Pública) en mayo de 2019 (parece ser que a una valoración de unos 90 mil millones) y tratar de recaudar billones para financiarlos.
Desde sus inicios Uber ha mostrado una fuerte maniobra de expansión, demostrada en su proceso de internacionalización ya a los 3 años de haber sido fundada. Un informe de WPC reporta que el crecimiento de la economía compartida crecerá de 15.000 millones a 335.000 millones de dólares en 2025, en donde Uber ya tiene una sustanciosa fracción asegurada.
En el análisis PESTEL (Análisis de factores Políticos, Económicos, Sociales y Tecnológicos) de Uber; la política de expansión y de operación de la compañía está directamente afectada por las legislaciones políticas, la burocracia, los niveles de corrupción y el impacto del lobbying en los reguladores. Así que las políticas de crecimiento de la compañía están ligadas a cada país o región y sus cambiantes regulaciones.
Por ejemplo, en 2018 en Estados Unidos se introdujo la ley que permitía a los freelancers e independientes deducir el 20% de sus ingresos de su ingreso sujeto a impuestos. Este cambio económico externo a la compañía tuvo un efecto positivo en Uber porque incrementó el atractivo de volverse conductor desde el punto de vista financiero.
Por otro lado cuando recientemente La Generalitat de Cataluña, aprobó ciertas restricciones a las VTC (Vehículos de Turismo con Conductor), Uber comunica lo siguiente y decide retirarse de la región: “para contribuir a la vida de una ciudad, necesitamos una regulación justa” y respecto a las medidas de la Generalitat explican que “la obligación de esperar 15 minutos para viajar en una VTC no existe en ningún lugar de Europa y es totalmente incompatible con la inmediatez de los servicios bajo demanda, como UberX”.
El modelo de negocio de Uber y su tecnología ha probado ser escalable y apreciado por los usuarios. Sin embargo la expansión y penetración de Uber serán determinados por los reguladores de cada zona y su disposición o no a innovar en las regulaciones.