En su biografía, el profesor John Ioannidis afirma que la ciencia prospera en la oscuridad. Dice que investigar es como nadar en el mar por la noche. Y él se dedica precisamente a ayudar a los nadadores. Es profesor de medicina, epidemiología y salud de la población en la Universidad de Stanford. Pero, además, es co-director del Meta-Research Innovation Center, también allí, en Stanford. Explica que su trabajo proporciona métodos y prácticas sobre la investigación. Estudia también nuevos enfoques que permitan integrar información y generar evidencia.
Ioannidis trabaja a menudo con el Dr. Kevin Boyack, investigador visitante del Centre for Science and Technology Studies (CWTS) de la Universidad holandesa de Leiden. Kevin es también presidente de SciTech Strategies, Inc., una pequeña empresa americana que se dedica a la cienciometría, la ciencia que estudia la producción científica con el objetivo de medirla y analizarla. Con ambos colabora Jeroen Baas, director de Investigación Analítica del gran grupo editorial científico Elsevier, así como Richard Klavans, fundador de SciTech Strategies.
Ese grupo se ha propuesto medir la ciencia. Los resultados de una de sus muchas iniciativas se publicó como artículo en la revista científica PLOS Biology, en 2019 (A standardized citation metrics author database annotated for scientific field).
El primer paso de su investigación consistió en recoger la información necesaria. Dirigidos por Ioannidis y teniendo cerca la editorial Elsevier y SciTech Strategies, construyeron una base de datos de más de 160.000 científicos mundiales. Son aquellos que están en el primer 2% (en base a unos indicadores que comentaré dentro de un momento) de cada una de las disciplinas y subdisciplinas científicas. Su fuente de información es Scopus, una gigantesca base de datos bibliográfica, con millones de entradas, que recoge artículos de más de 25.000 revistas científicas. En Scopus se centraron en los casi 7 millones de investigadores que tienen allí publicados más de 5 artículos científicos.
Un paréntesis para remarcar la dimensión del sistema de Ciencia: ¡7 millones de investigadores! Una cifra inmensa. La Ciencia -la mejor invención de la humanidad según muchas opiniones- es una bestia enorme. Y, además, como veremos, totalmente esparcida por el planeta.
Cerrando el paréntesis, ¿cómo decidieron Ioannidis y su equipo que aquellos 160.000 investigadores citados eran el primer 2% de esos 7 millones? Lo hicieron en base a los siguientes indicadores, propios del mundo de la investigación:
- Las citas científicas, el indicador fundamental en el mundo de la Ciencia. Las referencias que otros investigadores realizan de un determinado artículo dan idea de su impacto. Simplificando, son como los likes de redes sociales.
- El índice h, el cual, en base al conjunto de artículos más citados de un investigador, cuantifica la productividad científica y el impacto de los artículos de ese investigador. Ese índice fue propuesto en 2005 por Jorge Hirsch, de la Universidad de California. El índice ha recibido críticas, pero se ha consolidado como una de las principales herramientas de evaluación de la investigación.
- el índice hm ajustado por coautoría,
- las citas de artículos en diferentes posiciones de autoría (cuando en un artículo científico aparecen múltiples autores, frecuentemente el orden en el que aparecen sugiere la aportación de cada uno de esos autores a ese trabajo científico)
- un indicador compuesto.
En definitiva, el trabajo de Ioannidis, Baas, Klavans y Boyack es metódico y riguroso. No debería ser obviado por el mundo de la Ciencia ni por las autoridades dedicadas a definir política científica. Ioannidis, Boyack y Baas han actualizado recientemente su trabajo y en 2020, también en PLOS Biology, publicaron “Updated science-wide author databases of standardized citation indicators”. Además, como ya es habitual hoy en el mundo de la investigación, han puesto todos sus datos a disposición de la comunidad investigadora mundial, en Mendeley.
Mendeley es una de esas herramientas de la “nueva” investigación abierta: Combina un gestor de referencias bibliográficas, un repositorio, una base de datos de millones de documentos científicos, una red social de investigadores de todo el mundo… Se creó como una startup en 2007, por parte de tres estudiantes de doctorado, siguiendo las pautas de ciencia abierta. Fue muy bien recibida por la comunidad científica. Aunque pocos años después la adquirió el gran grupo editorial científico Elsevier (paradigma de la “vieja” manera de difundir ciencia), Mendeley continúa siendo un referente esencial para los investigadores.
Vayamos ahora a la segunda parte de este post, dedicada a responder la pregunta siguiente: ¿En qué países se encuentran esos científicos que conforman el top 2% mundial? Podéis encontrar las respuestas vosotros mismos en este Excel.
Yo os resumo algunos resultados relativos a la geografía de ese 2%.
- Surgen 149 países. Son muchos. Los investigadores excelentes están también, como la Ciencia, muy dispersos por el mundo. Podéis encontrar investigadores que forman parte de ese 2% en países como Afganistán, con 5 de ellos, o Ruanda, con 3.
- Estados Unidos concentra a casi 69.000, el 43% del total
- Reino Unido tiene 15.000
- Alemania 8.800
- Canadá 7.200
- Japón 6.300
- Francia 5.000
- Italia 4.000
- Holanda 3.350
- Suiza 2.500
- Suecia también 2.500
- India 1.500
- Bélgica 1.300
- Rusia 700
- Sorprende que China solo tenga a 5.300 investigadores en la lista. La Ciencia en ese país avanza, pero aún le queda camino para competir con la investigación occidental.
- España concentra a 2.291 investigadores, el 1,4% del total
Catalunya tiene 661, que representan el 0,4% mundial y el 29% de los investigadores excelentes españoles. De nuevo, también mediante este indicador, se hace evidente la concentración de buena Ciencia que Catalunya representa en el total estatal. Si analizamos con un poco más de detalle esos 661 catalanes, los encontramos en las siguientes instituciones (ver nota *):
- 369 en universidades
- 78 en instituciones CERCA
- 75 en el sistema hospitalario y de salud
- 42 en centros del CSIC
- 41 son ICREA
- 13 están en el BIST
- 9 en empresas
- 4 en la Barcelona Graduate School of Economics
- 3 en escuelas de negocio
- 1 en el Sincrotrón ALBA
- 1 en Eurecat
- 25 en otras instituciones diversas
Algunas conclusiones rápidas que pueden sacarse de estos datos para Catalunya:
- La Ciencia de excelencia en Catalunya “aún” se concentra esencialmente en las universidades. El 56% de los investigadores catalanes que se encuentran dentro de ese 2% de los mejores mundiales desarrollan su trabajo en estas instituciones académicas
- El CERCA, que trasladó excelencia universitaria a entes externos, no parece haber afectado la capacidad investigadora de las instituciones académicas. Hoy el 12% de ese 2% de los mejores mundiales catalanes desarrollan su trabajo en entidades CERCA.
- ICREA, fundada en 2001, promueve sin duda la excelencia, ya que concentra el 6,2% de ese 2% en Catalunya.
- Es notable la presencia de tantos investigadores de nuestro sistema de salud. Los hospitales investigadores son un pilar esencial en cualquier sistema de Ciencia, también en el de Catalunya.
- Lamentablemente, no sorprende la poca presencia de investigadores empresariales. Es sabido que Catalunya no concentra demasiadas empresas intensivas en I+D.
Un buen amigo de la Fundación CERCA me hace notar que la metodología citada de Stanford (ver nota *) no asigna a CERCA investigadores que, estando también en universidades, hospitales o determinadas redes como BIST, se les asigna como principal esas adscripciones alternativas. Sería necesario por tanto un análisis más profundo de las adscripciones reales de esos 661 investigadores excelentes el cual muy probablemente aumentaría el porcentaje de investigadores CERCA de ese conjunto.
Nota *: Muchos de esos 160.000 científicos mundiales trabajan en más de una entidad y también en más de un país. El método de investigación cuenta todo su trabajo, realizado en una institución u otra. Sin embargo, la afiliación institucional y el país que aparecen en el Excel indicado antes son únicos. Ioannidis y su equipo decidieron hacerlo de esta forma y tomaron la institución y el país que constaba en las publicaciones más recientes (que en la fuente Scopus que usaron era Mayo de 2018). Según esto, alguna de las cifras indicadas para la distribución en Catalunya podrían no reflejar determinados casos particulares. Para un mayor grado de concreción, debería preguntarse a cada uno de los 661 científicos. Pero ello sería ya un proyecto de investigación y no un mero post 🙂