Hace un poco más de un año escribía el post “¿Por qué una compañía como Roche se instala en Sant Cugat?”. Os recomiendo de nuevo su lectura, después del alud de empresas tecnológicas que en las últimas semanas ha anunciado su aterrizaje en Barcelona: Facebook, Microsoft (con su laboratorio de cuántica), N26, Moodle, Chartboost, Satellogic, Lidl, Siemens o Nestlé. Profundizo en los argumentos que ahí proporcionaba para explicar esa llegada masiva de empresas tecnológicas.
Fuente: Expansión
Las primeras multinacionales se ubicaron en otros países para sacar provecho de menores costes de recursos y de mano de obra de producción. En esas primeras multinacionales, la innovación y la tecnología continuaba desarrollándose (por ejemplo, a través de la I+D) en el país dónde la empresa tenía sus cuarteles centrales. Las innovaciones se introducían desde esa sede central a las delegaciones, las cuáles, si tenían alguna capacidad tecnológica e innovadora, era para focalizar y personalizar las necesidades específicas de los mercados locales. En este tipo de estructura, el conocimiento y la innovación fluían en una única dirección: Desde los cuarteles centrales a las subsidiarias.
Pero hoy las cosas han cambiado. Hoy las multinacionales se globalizan por otros motivos. Hoy las grandes empresas globales establecen unidades en los principales hubs de investigación, innovación y emprendimiento. El motivo principal es que tratan de sacar provecho de la acumulación de conocimiento y talento presentes en esos hubs. En esos hubs hay universidades, centros de investigación, hospitales investigadores, escuelas de negocio, grandes infraestructuras científicas, centros tecnológicos, startups, talento, etc.
Esa clusterización de conocimiento y talento es enormemente atractiva. Esas grandes empresas globales encuentran en estos ecosistemas investigación básica y aplicada, de interés para sus tecnologías actuales. Pero además saben que ahí, en esos hubs, se crean las startups que definirán la frontera tecnológica del futuro próximo.
Pero… ¿cómo pueden sacar provecho de ese conocimiento “local”, de ese conocimiento clusterizado en los hubs tecnológicos? La respuesta es que para sacar provecho de ese conocimiento “local” esas empresas globales deben necesariamente ubicar una unidad técnica en el lugar en qué se desarrolla ese conocimiento local. Sin esa proximidad no aprovecharían el potencial del hub. Pero debe ser una unidad “técnica”. No puede ser una unidad comercial o de producción. La proximidad física no es una condición suficiente para acceder al conocimiento local. Las empresas deben disponer de la adecuada capacidad de absorción (en forma de personal técnico muy próximo a la tecnología) para sacar provecho a ese conocimiento. Como conclusión, cuanto más importante sea para una empresa el conocimiento desarrollado globalmente, mayor deberá ser su compromiso y apuesta para crear unidades tecnológicas en las ubicaciones globales apropiadas, en los grandes hubs de startups y tecnología. Esta es de hecho la visión que sustenta las políticas de innovación dirigidas a la atracción de multinacionales intensivas en conocimiento hacia los territorios.
Por tanto… ¿Por qué se instalan las grandes empresas tecnológicas globales en Barcelona? Por nuestro ecosistema de investigación, innovación y emprendimiento, tremendamente activo y atractivo para esas empresas. Se da aquí una gran acumulación de talento y una gran actividad de creación de startups tecnológicas que atraen a esas grandes compañías.
Además, el hub de Barcelona es atractivo también por costes. El talento es más económico que en otros hubs. Nuestros sueldos son comparativamente bajos, por supuesto en relación con los de Silicon Valley. Pero también en relación a los sueldos de personal científico y tecnológico de Londres, Berlín, París, Ámsterdam o Zúrich. Quiero remarcar que esa capacidad competitiva en costes es tremendamente positiva, a diferencia de lo que ocurría en la época de la competencia en costes de producción.
- Competir mediante costes bajos de fabricación en el pasado se hacía a costa de unas externalidades negativas: sueldos insuficientes, menores prestaciones sociales, costes ambientales, menores requerimientos de seguridad en el trabajo, etc.
- Hoy, las externalidades negativas se dan en el caso contrario, en aquellos hubs en los que los sueldos son elevados. Se provoca una diferenciación social, con acceso complicado a la vivienda por parte de la clase social no tecnológica, gentrificación, etc. De hecho, ese es hoy el principal peligro de los grandes ecosistemas de tecnología y startups.
Tener hoy un hub tecnológico relevante (como es el caso de Barcelona) capaz también de competir en costes es la mejor situación que puede darse, para las empresas que acuden a ese hub y para el hub mismo. Evidentemente, siempre que el hub tenga y mantenga unos sueldos mínimos y lo más importante: una enorme concentración de tecnología, investigación, educación, talento…
Es esencial la inversión en Ciencia pública, en universidades, centros tecnológicos, sincrotrones, supercomputadores, parques científicos, escuelas de negocio, etc. Esa inversión continuará atrayendo grandes multinacionales.